El kirchnerismo ha podido revertir la pésima imagen que tenía hace tan solo un año, luego de la muerte de Nestor Kirchner. Sin dudas, para la oposición era el objetivo, el enemigo a vencer. De allí en adelante, Cristina K, fue levantando su imagen progresivamente hasta el día de hoy, donde diversas consultoras le dan una alta imagen en la consideración del pueblo argentino y esto se ve reflejado a su vez, en la intención de voto. Hoy Cristina, según estimaciones privadas y oficiales, cuasi al 50% en intención de voto. Diferencia abismal, claro esta, con los candidatos opositores que le "intentan" disputar el poder.O intentaron, mejor dicho.
Macri, que se suponía era un claro contrincante, se terminó bajando ya que su asesor Durán Barba, tras una reunión, le explico que las posibilidades de vencer a los K, eran imposibles. Si leyó bien, imposibles. La victoria, sería una epopeya. Solo en sueños.
Si de sueños se trata, aparece Ricardo Alfonsín y los seguidores del alfonsinismo, que hacen esfuerzos tremendos para posicionarse como un clásico rival del kirchnerismo. Aunque saben, que no lo fueron y ni siquiera están convencidos de si lo son. Por ese motivo, buscan sumar alianzas, adeptos a esta propuesta. Se produce, entonces rejunte de partidos. Consecuencias: la gente vislumbra el fantasma de la alianza y este rejunte se convierte, parafraseando a Urtubey, "en piantavotos".
Las elecciones aún no se han llevado a cabo, pero a menos que se produzca un escenario desfavorable para la Argentina o los K realizen alguna maniobra que la gente masivamente considere inoportuna y les vote en contra, tendremos otros 4 años de Kirchnerismo en el poder, con Moyano, La Cámpora y los medios de propaganda oficialista, aunque para algunos sectores se producirá el nacimiento del "Cristinismo".
