lunes, 12 de diciembre de 2011

Dilema K: ¿Ahora que hacemos con el poder?

Asumió CFK. Aplausos, tribunas llenas por familiares, agrupaciones y gremios. Están todos menos Moyano quien no atraviesa un buen momento con el gobierno. Para los K es una fiesta, para los opositores un velorio.

Cobos se va raudamente del Senado sin hacer comentarios aunque a nadie parece importarle. Ni siquiera el campo, "el oligarca" como decían los kirchneristas fueron a aplaudirlo por la hazaña de su "voto no positivo." Nunca se sabrá cuanto le debe Cristina a Cobos respecto de esos miles de votos que sacó en las últimas elecciones. Seguramente, si el voto de Cobos hubiese sido positivo, difícilmente el campo hubiese acompañado en las últimas elecciones. Sin embargo, nadie se acuerda. El argentino se caracteriza por tener frágil memoria.

La Presidente jura por la Patria y por la figura de "EL"(Kirchner difunto) jugando con una persona y su recuerdo en la gente, buscando provocar quizás en el otro, un anhelo por ese ser amado por ella y que a partir de su muerte comenzó a ser aclamado por muchos de esos mismos que lo criticaban y lo preferían muerto. Es así, los argentinos somos contradictorios.

Contradicciones tuvo la gestión de Cristina. De estar con los gremios, ahora aparentemente, son los nuevos enemigos junto a la corporación Clarín, hoy quizás ya en decadencia con una clara perdida de credibilidad de los porteños. Esta gestión de gobierno se ha encargado de crear monstruos desconocidos antes por la gente. La figura de Magnetto, por ejemplo, era conocido apenas por un puñado de argentinos hasta que comenzó a figurar en la agenda de todos los medios oficiales y adictos a la "caja" K.

¿Que hará Cristina con el 54% de los votos? Es la gran incógnita. ¿Qué pasará cuando en 2012 la inflación y el recorte de subsidios pegue con dureza a la clase media? ¿Qué pasará cuando comience a terminarse el periodo Cristinista sin posibilidad de ser relegida? ¿Se conformorá la fórmula Máximo-Cristina? Muchos ya especulan con esta posibilidad. Así que si es ultrakirchnerista no se alarme pero sino lo es, vaya haciéndose la idea de que no van a entregar el poder que tan bien han sabido conservar y administrar en estos 8 años en el poder.

Cristina apelo a los recuerdos. Sin embargo, olvido que el mundo mira para adelante y no puede vivir de épocas pasadas aunque hayan sido gloriosas. ¿Sabrá Cristina como salir del conflicto si la crisis europea pega en la Argentina? ¿Generará otro modelo nacional y popular? Muchas dudas y pocas certezas, quedaron en el acto de su asunción tanto para opositores y para kirchneristas aunque claro, ellos no lo admitirán.