Buenos Aires. "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida" rezaba una estrofa de una canción. Sin embargo, para los argentinos la corrupción a nivel politico pero también a nivel social, no es ninguna sorpresa. De hecho, la aceptamos. Ahora bien, cuando nuestros bolsillos hacen agua o flaquean, allí decidimos rasgarnos las vestiduras y aplicamos con todo rigor nuestra débil moral. Todos decimos que las cosas tienen que cambiar pero nadie quiere cambiar. Queremos que el otro maneje con cuidado, queremos que el otro no nos atropelle por la calle... pero que lo haga el otro. ¿Y por casa como estamos?
Hablando de casas en estos días se conoció que el Papa Francisco abrió las puertas de su nueva casa, la santa sede y designo a un grupo de cinco especialistas para que investigue lo que pasa con el banco vaticano. En el banco vaticano llegan fondos de diversas partes del mundo para hacer obras de caridad y para la iglesia. La pregunta es: ¿se hacen? ¿quien vigila a donde van esos fondos de dinero? Unos pocos. Es más se maneja todo con tanto recelo, que la justicia italiana nunca podía saber que se hacían con los fondos o a que eran aplicados en su totalidad. Eso, dio lugar a la corrupción en el banco vaticano. Para los que no saben, a grandes rasgos, la Santa Sede y el banco vaticano tiene como una "territorialidad exclusiva" donde si el máximo pontifice no lo permite, no se puede ingresar a las cuentas ni a todo lo referido a la Iglesia. Como pasa en cualquier lugar, donde no hay control, se genera un foco de corrupción.
¿Y por Casa Rosada como estamos? Contrariamente a lo que pasa con nuestro Papa Franscisco, CFK tapa y protege a Amado Bodou y otros colaboradores a cualquier costo porque sabe que primero lo arrastran a ellos, pero después viene ella. No es inmediato. El ir por ella sería luego de abandonar el poder. Por eso el tema de la re-reelección. Cuando la corrupción es evidente y alevosa, no se puede perder el poder, las influencias porque finalmente, tarde o temprano llega la condena. Llegaría desde esa misma justicia que en los últimos tiempos ha sido injuriada y calumniada como nunca antes se ha visto.
Antes como decía Bonafini eran "turros". Ahora serían "inutiles" supongo, para el universo K. Inutilidad porque no están a su servicio. Lo importante es que estén al servicio de la sociedad. Brindemos por eso.
Finalmente, mientras un argentino como el Papa Francisco ha elegido combatir la corrupción en diversos sentidos, nuestra máxima figura politica en la Argentina, la Presidente CFK, intenta ocultar las ya evidentes(no sospechas) actos de corrupción. Realidades contrapuestas, claro está, porque los dos son argentinos. Claramente, uno con una moral impecable en cuanto a la acción. La otra parte con una moral dormida o simplemente no aplicada porque como bien argentina que es seguramente pensará: "las leyes están para las otros, para mi no aplica." Triste, sin dudas, pero así piensan la mayoría de los argentinos. Queremos que otros las cumplan, nosotros queremos incumplirlas. ¿Acaso miento? ¿por casa como andamos?
