jueves, 11 de septiembre de 2014

CUANDO EL RELATO SUPERA EL SENTIDO COMUN

Buenos Aires, 10 Septiembre 2014.  

 Días agitados se viven en la Argentina. En la calle, se advierte en los bares en donde los temas públicos surgen a modo de debate y se cruzan diferentes opiniones. También, en las redes sociales se debaten los temas actuales aunque allí lo que cambia son los públicos. Sin embargo, el denominador común que se ve a través de las redes y se escucha en lugares de encuentro es el perfil del país al que apuntamos o mejor dicho, que queremos. Allí está el centro de discusión. 

La cuestión comenzó cuando Víctor Hugo Morales, conductor de Continental en "La Mañana" expresó que la villa "son lugares dignos" y provocó una catarata de criticas. Pareciera que el relato comienza a comerse al propio periodista y amenaza con destruirle la poca credibilidad que tenía antes de apoyar todo lo vinculado al gobierno kirchnerista. Por supuesto que este gobierno ha logrado leyes y cuestiones muy importantes, pero eso no significa que haya sido el mejor gobierno o que la realidad actual no merezca por lo menos, un llamado de atención por parte de las autoridades gobernantes que desde afuera, se los nota demasiado aislados y sin consultar a fuentes de consulta permanente. 

En un momento donde los principales referentes de la Iglesia aquí en la Argentina, hacen un llamado de atención respecto de la pobreza y el aumento desmesurado de las villas, sale un periodista con trayectoria probada a decir que esto es algo digno y que el preferiría vivir allí. Resulta insólito. 

Uno entiende que el sentido común no puede verse alterado por el relato, pero en Victor Hugo parece que sí. Nadie en su sano juicio, vendería una propiedad para irse a una villa miseria. Además, y otro tema que no fue tocado por el periodista en cuestión, es la inseguridad que conlleva el crecimiento de estas villas para sus habitantes dentro como afuera de las mismas. Quizás para algunos pocos pueda ser conveniente teniendo en cuenta que no pagan luz ni agua, y que todo es proveniente de la parte pública con lo cual las villas de emergencia, que cada vez tienen menos de paso y se parece mas a un barrio, es costeada por los contribuyentes que mes a mes pagan sus impuestos y parte de ese dinero del erario público, se destina a pagar luz gratuita a estos asentamientos o barrios de emergencia.

Otra cuestión en las últimas horas, es lo que se habla en materia de educación. Resulta insólito que quieran eliminarse las notas porque se entiende que una nota de aplazo significa un castigo o una estigmatización hacia un alumno. Un país debe nivelar para arriba siempre. Y las notas apuntan en ese sentido. El alumno, el aprendiz, debe superarse, estudiar, esforzarse y recibir una compensación en una nota numérica si logra los objetivos propuestos por la institución educativa. Algo importante que ha estado durante generaciones y resulta incomprensible la actitud de la provincia de Buenos Aires a través de sus gobernantes de querer modificar dichas políticas. 

Estamos cuasi rayando el absurdo. En Argentina todo es posible. Esto pasa cuando el relato supera el sentido común. Uno entonces se pregunta o debe preguntarse: ¿que tipo de sociedad queremos?