Pasaron las elecciones y también paso el tiempo de la no confrontación entre las partes. La tregua que se dieron el gobierno y el sindicalismo, pereció. En la actualidad, los mueven distintos intereses. El gobierno ante el freno de consumo, busco acercarse con mas proximidad a los empresarios y garantizarles reglas claras y rentabilidad para el futuro.
Justamente, las reglas claras son "mandar al cajón" el proyecto de ganancias(para repartir con los trabajadores) y no otorgar subas salariales el año que viene mayores al 15%.
Moyano, en tanto, no se queda atrás y reclama para el año que viene aumentos de un 30% y aduce "la inflación del supermercado" como variable a tener en cuenta. Moyano sabe desde hace rato que el INDEC es manejado absolutamente por la Cámpora y Moreno, secretario de comercio.
En esta disputa por ver quien tiene mas poder, Cristina respaldó a su presidente de AA Recalde, mientras que Moyano respaldó al gremio que lo enfrenta. Claro está, hay intereses de ambos lados.
Algo está claro. Aquellos años donde transitaba esa relación cuasi "amorosa" y carnal con el kirchnerismo parece haber terminado desde la muerte de Kirchner para el sindicalismo. Nada hace pensar a Moyano que la relación fría que mantiene hoy con el gobierno pueda revertirse mientras no se adapte al nuevo discurso "del modelo." Ayer, amigos. Hoy, adversarios.
