jueves, 7 de octubre de 2010

Homosexualidad: ¿enfermedad o sexualidad alternativa?

La homosexualidad afecta a millones de personas de todo el mundo y atraviesa a distintas clases sociales. Si bien la homosexualidad esta presente desde la antigua Grecia, aún hoy, sigue siendo un tema tabú para todas las sociedades pero sobre todo para las que están situadas en América Latina en contraposición con las europeas que parecen tomar este asunto con mucha más naturalidad.

Según la OMS, la atracción por personas del mismo sexo no constituye una enfermedad o patología sino que es una alternativa de sexualidad, una elección distinta. En la actualidad, se desconocen todavía los motivos por las cuales una persona siente deseos sexuales hacia otra persona de su mismo sexo aunque algunos médicos hablan de experiencias traumáticas en la infancia o que estaría asociada a la relación conflictiva con los padres.

Uno tiende a desechar lo que no siente, lo que no comparte. A creer que existe una sola realidad pero hay otros que están allí, que creemos no ver. No es que no vemos, no queremos ver esa otra realidad que comparten miles y miles de personas. Tomando un caso particular, tomaremos a la sociedad argentina, que en muchos aspectos es muy hipócrita con temas críticos. Hipócrita, porque muchos de esos que critican ese modelo de persona usando adjetivos particulares o ridiculizando, luego concurren a los lagos de Palermo por las noches en busca de travestís, para tener relaciones homosexuales. Pero claro, todo esta disfrazado. El travestido se viste de mujer y el hombre siente que ese disfrazado, le da el aval para mantener relaciones y no sentirse “puto” dejando así su conciencia libre para poder acceder a ese morbo que disfruta, pero que también lo atormenta.

Causa estupor, ver que algunos jóvenes y adultos con menos de 40 años rechazan a una persona por su condición sexual. Lo mas grave, es que se da en todo los ámbitos escolares, universitarios y laborales. De este hecho se desprenden dos conclusiones: una es que el heterosexual le tiene miedo al “efecto contagio” y otra es el temor al que dirán otros pares si lo ven cerca de una persona “diferente.” Justamente, “El diferente” es un personaje, un extraño, un raro.

Piazza, modista y homosexual declarado, considera que la sociedad argentina es muy “pacata” e hipócrita. Y la verdad, no esta lejos de la realidad. Como diría una señora de Barrio Norte: “La gente como uno no entiende estas cosas.” Clarísimo. Están ellos y los otros. Ellos, las personas del bien y el resto, los distintos, son otros porque no califican al rango de "gente".

No hay comentarios: